COMENCEMOS.
Ante nada:
¿cómo terminé escuchando música en esta 2º década del sXXI?
bastante mal, por no decir pésimamente.
auriculares en un celular, reproduciendo un archivo digital -auriculares regulares o malos, y archivos musicales generalmente comprimidos, mp3 en su mayoría-
las frecuencias recortadas, achicadas, reducidas, empobrecidas por todos lados
y además, cómo nos llega la obra musical?
yo quiero rescatar el tiempo en que escuchar una sinfonía grabada no me dejaba un movimiento perdido en algún lado, o directamente separados todos los movimientos
quiero rescatar el tiempo en que un álbum se escuchaba completo (en principio, y si uno quería) y no esta situación de canciones o tracks desmembrados en colecciones (playlists -que están muy bien si uno arma alguna, pero si todo en el mundo son playlists la música me queda descontextualizada)
[sí lo sé, podrá haber post-modernos, deconstructivistas, anti-cultura, revolucionarios diversos, etcétera que rescaten este caos. y tendrán sus razones...]
por mi parte tengo mis razones para preferir escuchar música como la escuché durante casi toda mi vida, antes de que los formatos virtuales la pulverizaran.
esa forma es la siguiente:
en un buen equipo de audio, con un sistema de amplificación de calidad, con parlantes de calidad, y con la posibilidad de reproducir todos los formatos: vinilos, cassettes, CDs y eventualmente otros salidos de la computadora (pero siempre sin comprimir).
además, me gusta tener frente a mí una obra completa, un disco, un álbum, con sus partes, secciones, canciones, piezas, movimientos, lo que fuese que tomó forma en el momento de la edición.
y por último, y no menor: escuchar cómodamente sentado, o recostado, en un espacio agradable, en posición confortable, sin distracciones, sin hacer ninguna otra cosa mientras escucho.
hace poco empecé a lograr todo esto: un espacio, un equipo, vinilos, algo de tiempo.
escribo aquí para empezar a compartir estas ideas porque las considero inspiradoras y formativas (y mientras voy desarrollando un esquema para hacer de esto una experiencia pedagógica, porque siento que estoy recuperando un aspecto esencial en toda formación musical).
allá vamos.
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Ante nada:
¿cómo terminé escuchando música en esta 2º década del sXXI?
bastante mal, por no decir pésimamente.
auriculares en un celular, reproduciendo un archivo digital -auriculares regulares o malos, y archivos musicales generalmente comprimidos, mp3 en su mayoría-
las frecuencias recortadas, achicadas, reducidas, empobrecidas por todos lados
y además, cómo nos llega la obra musical?
yo quiero rescatar el tiempo en que escuchar una sinfonía grabada no me dejaba un movimiento perdido en algún lado, o directamente separados todos los movimientos
quiero rescatar el tiempo en que un álbum se escuchaba completo (en principio, y si uno quería) y no esta situación de canciones o tracks desmembrados en colecciones (playlists -que están muy bien si uno arma alguna, pero si todo en el mundo son playlists la música me queda descontextualizada)
[sí lo sé, podrá haber post-modernos, deconstructivistas, anti-cultura, revolucionarios diversos, etcétera que rescaten este caos. y tendrán sus razones...]
por mi parte tengo mis razones para preferir escuchar música como la escuché durante casi toda mi vida, antes de que los formatos virtuales la pulverizaran.
esa forma es la siguiente:
en un buen equipo de audio, con un sistema de amplificación de calidad, con parlantes de calidad, y con la posibilidad de reproducir todos los formatos: vinilos, cassettes, CDs y eventualmente otros salidos de la computadora (pero siempre sin comprimir).
además, me gusta tener frente a mí una obra completa, un disco, un álbum, con sus partes, secciones, canciones, piezas, movimientos, lo que fuese que tomó forma en el momento de la edición.
y por último, y no menor: escuchar cómodamente sentado, o recostado, en un espacio agradable, en posición confortable, sin distracciones, sin hacer ninguna otra cosa mientras escucho.
hace poco empecé a lograr todo esto: un espacio, un equipo, vinilos, algo de tiempo.
escribo aquí para empezar a compartir estas ideas porque las considero inspiradoras y formativas (y mientras voy desarrollando un esquema para hacer de esto una experiencia pedagógica, porque siento que estoy recuperando un aspecto esencial en toda formación musical).
allá vamos.
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